Opiniones

Interculturalidad Urgente

Por Sipas Diana

El Perú es un país que encierra una norme variedad de culturas. Cada una posee su propia lengua o variedad de lengua, mediante la cual expresa sus ideologías, costumbres, tradiciones, sobre todo si entendemos cultura como “forma de concebir el mundo”.Estas se ven influenciadas por el medio geográfico en el que se desarrollan, por su propia historia local y están atravesadas también por la historia del Perú entero.

Pero un grave problema para esta extensa enramada de comunidades, es la falta de comunicación entre las mismas. La lengua es una de las trabas más importantes, además de las dificultades de acceso que la geografía impone. Si bien es cierto, el castellano, como lengua oficial, permite que los pueblos costeños se acerquen e intercambien cultura con otros, ya que en la mayoría, si no en todos, la lengua materna es el castellano. Pero en muchos pueblos de la sierra y selva, la lengua materna es distinta al idioma Español . Nos encontramos con el Quechua, Aymara, Shipibo, Bora, Ashaninka, etc. Pero si a esto le agregamos que la educación en el Perú se imparte en Español (en la mayoría de los casos) y se pretende que niños que desconocen totalmente esta lengua, se sometan a un aprendizaje infructuoso, que no resulta mas que una pérdida de tiempo, entonces la situación se torna mucho más preocupante.

Los maestros muchas veces no conocen la lengua materna de los alumnos y pretenden enseñarles castellano. Lógicamente, los alumnos no aprenden esta lengua ni tampoco a sumar ni restar y mucho menos a leer o a comprender, pues los maestros no están preparados para enseñar en esas condiciones. Luego, sus alumnos están condenados al atraso escolar.

En el Perú se ha pretendido por muchos años que en todo el territorio se aplique el mismo plan educativo, pasando por alto los intereses y la cultura regionales. La educación ha sido impartida con una perspectiva capitalina y alienante para todos aquellos que no pertenecen a Lima.

Pero el problema es aún más serio. Existe un fuerte menosprecio de la cultura andina, fruto de nuestro pasado histórico y actualmente de los estereotipos globales de “belleza”, “inteligencia”, “desarrollo”, etc. Por esto, nuestras comunidades más humildes son discriminadas por su pobreza, ignorancia respecto a la cultura y costumbres occidentales que nos invaden y lo que es más triste, por su raza.

Existe otro factor de discriminación que no es tan obvio, pero sí perceptible. Se trata del problema de la motosidad.

Como es lógico, cada pueblo habla el Español con un acento diferente, pues la lengua ha sido afectada por la estructura de la lengua materna local -en algunos casos ya desaparecida hace mucho (por ejemplo en pueblos de la costa)- y con esto se han producido variaciones de lengua que distinguen a los pobladores de cada localidad.

En el caso del Perú, el estándar de Castellano es el de Lima, y todo aquel hablante cuya variedad de lengua se aleje del estándar, es sujeto de burlas y, en el peor de los casos, de discriminación por “no hablar bien” la lengua.

La variedad andina del español es por cierto, la más estigmatizada. No hace falta mencionar los traumas sicológicos o la mella en la autoestima que este tipo de discriminación puede producir. El miedo a expresarse por temor al rechazo se convierte en un encarcelamiento y un cercenamiento de la libertad. Sobre todo si desde niños se les hace creer que “no saben hablar bien”.

Todos aquellos quienes hemos estudiado otros idiomas, sabemos que no es tan sencillo aprender la pronunciación “correcta”. Pero esta discriminación es un asunto que subyace y está presente en la sociedad, conciente e inconscientemente.

De esta manera nuestros pueblos y comunidades están muchas veces de espaldas los unos a los otros. Por este motivo puede justificarse que el Perú en conjunto no pueda desarrollarse, pues no existe un trabajo en unidad, sino que cada grupo busca su propia prosperidad. Sin embargo, el ser humano ha demostrado que uniendo fuerzas es capaz de conseguir grandes obras. Al parecer aún no lo hemos descubierto.

Según Luis Enrique López, el Perú es “un conglomerado de nacionalidades diversas”. Espero que algún día encontremos un horizonte común que pueda unir estas nacionalidades en un solo proyecto de construcción nacional.

Hoy primer día de febrero del año dos mil cinco, pude ver, con alegría, en las noticias que se había realizado un encuentro de alumnos de educación bilingüe intercultural, en el que todos los niños compartían con los demás sus propias costumbres e ideas.

Este tipo de actividades nos ayudan a conocernos y aceptarnos como iguales. Fomentan el respeto y la tolerancia, tan importantes para la heterogénea realidad que nos toca afrontar.

El intercambio cultural es un proyecto por el cual debemos apostar. Lo necesitamos con urgencia pues de seguir como hasta ahora podríamos atravesar pronto una fragmentación, como la que en los últimos días se observó en Bolivia.

Aún estamos a tiempo de evitar más sucesos trágicos y de aprovechar todas nuestras potencialidades juntos. Será importante para esto la creación de más espacios de diálogo en que los peruanos podamos conjugar nuestra sabiduría popular milenaria y unirla a la tecnología para inyectar el desarrollo y el bienestar para nuestra sociedad.

Diana María Zorrilla Ríos
01/02/05